«Muchas veces el verdadero mérito de los retrato en India son, en parte, del modelo»

SOBRE LOS VIAJES FOTOGRÁFICOS A INDIA

«Sobre porqué hay tanta oferta de Viajes Fotográficos a India»

Desde Artisal llevamos ya más de 10 años organizando Viajes Fotográficos a India y, cada vez que veo la cantidad de fotógrafos que han surgido en los últimos años ofreciendo este destino, debo confesar que siento una sensación cercana a la melancolía con un toque de ternura. Y es que, ¿para qué nos vamos a engañar? Todos empezamos por ahí. ¿Quieres saber por qué?… Yo tengo una teoría y si sigues leyendo, te la cuento 🙂

India, junto a las tribus del valle del Omo (del que os hablaré en otro post) son dos destinos que podríamos llamar “resultones”. Los fotógrafos que empiezan su camino profesional, inspirados por la obra de, por ejemplo, Steve McCurry, ahorran, compran la mochila y el vuelo y se van a descubrir uno de los países de los que, bajo mi punto de vista, más leyendas urbanas se cuentan.

India, a pesar de que ha cambiado mucho en los últimos años gracias a la crisis económica de occidente, sigue envuelta de una aureola de misterio y misticismo que hace que, el viajero encare con mucho respeto este destino. Por lo tanto nuestro fotógrafo, se enfrenta a corazón abierto a una cultura, a un mundo, que nada tienen que ver con el nuestro y eso le predispone a conseguir buenos retratos. Pero, desengañémonos, el verdadero mérito de los retratos en India son, en gran parte, del modelo. Las personas en India se enfrentan a la cámara con una profundidad a la que no estamos acostumbrados y sus miradas penetrantes nos hacen regresar a casa convencidos de que llevamos “fotones” en nuestras tarjetas. Si has viajado a India sabes de qué te estoy hablando. A esto hay que sumarle que nuestro fotógrafo, al llegar con su mochila a este destino descubre que, lejos de lo que le habían contado, India es un país fácil, (en el sentido logístico del término). Llegas, enseguida haces amigos, el amigo del amigo tiene una pequeña agencia local muy barata que, en un plis plás, te organiza una magnífica ruta por el Rajasthan prometiendo llevarte a lugares fotográficamente interesantísimos. És fácil, en India todo se puede si tienes dinero y la piel cuanto más blanca mejor.  Esto último lo escribo sin juicio, es simplemente, una realidad.

Por lo tanto, el fotógrafo regresa a casa y, como es natural, cuando pasa el tiempo, probablemente años, decide que tiene que mostrar lo que ha aprendido a los que ahora son sus alumnos y decide montar un viaje fotográfico al lugar que tan hermosos retratos le regaló. Llama a su contacto (el amigo del amigo y en otro plis plas, tiene una ruta estupenda totalmente organizada). Así que, se dispone a vivir de nuevo una hermosa aventura.

Como nuestro fotógrafo ya ha viajado alguna que otra vez a India antes de llevar a un grupo de fotógrafos con él, ya conoce los rincones y puede que hasta a algunas personas y siente que conoce y entiende este país y su cultura. Es falso pero, él no lo sabe…. Se siente conocedor del destino porque “ha leído sobre el tema” y se sabe algunos nombres e historias de sus dioses más importantes (se los sabe desde aquel día que, andando por Pushkar los falsos brahmanes le tomaron el pelo con una de sus turísticas bendiciones que por aquel entonces pensó que eran de verdad). Por eso ahora cuando anuncia sus viajes de buena fe se se autodefine como “experto en cultura india”. Para nada querido… expertos en cultura india hay muy pocos y son todos de la talla de Agustín Pániker. Confieso que yo misma, que llevo más de 30 viajes a India, comencé a comprender algo cuando empecé a estudiar lengua hindi.  No articulo una sola frase gramaticalmente correcta pero, entiendo mucho mejor su forma de pensar y procesar la información que, dicho sea de paso, es bien distinta a la nuestra.

A lo que vamos… que todos empezamos por el mismo destino, que, al fin y al cabo ni somos tan expertos ni tan originales ninguno de nosotros.  Nos movió en su día el ansia de compartir contigo, viajero y lector, esas experiencias que tanto nos hicieron crecer pero, de verdad, no creas a nadie que intente venderte un viaje como “experto de nada”, créete sólo a aquella gente honesta que, desde el corazón te diga que sabe que va a viajar contigo para crecer a tu lado, para hacerte y que le hagas compañía en lo que puede que sea una experiencia vital muy potente.