Un Viaje Fotográfico a la Tradición de los Pastores Kirguises
© Fotos de Alfons Rodríguez
El Kirguistán, un pequeño y remoto país enclavado en el corazón de Asia Central, es conocido por su belleza salvaje, sus majestuosos paisajes de montañas y su rica tradición nómada.
En Mayo 2025 tendremos la oportunidad de regresar a Kirgistán en nuestro Viaje Fotográfico a La Ruta de la Seda.
Entre las muchas costumbres fascinantes que definen a este pueblo, una de las más impresionantes y visualmente cautivadoras es la de la caza con águilas. Esta práctica ancestral no solo representa una conexión profunda con la naturaleza, sino también una muestra de la simbiosis que los pastores kirguises mantienen con su entorno. Para los viajeros y fotógrafos en busca de una experiencia única, este fenómeno ofrece una oportunidad rara de capturar momentos que transmiten la esencia misma de la vida nómada en Asia Central.
La Caza con Águilas: Una Tradición Milenaria
La caza con águilas en Kirguistán tiene siglos de historia, y es una tradición que se remonta a los tiempos de los nómadas turcomanos y mongoles. La relación entre el hombre y el águila dorada (Aquila chrysaetos) es, sin duda, una de las más simbólicas en el mundo animal. Estos majestuosos rapaces han sido entrenados por generaciones de pastores kirguises para cazar animales grandes, como zorros, lobos e incluso caballos salvajes, en las vastas estepas y montañas del país.
El proceso de adiestramiento es largo y meticuloso. Los jóvenes pastores, conocidos como berkutchis, comienzan a entrenar a las águilas cuando tienen apenas un año, siendo criadas en cautiverio para forjar un vínculo estrecho entre el ave y su dueño. Este proceso, aunque arduo, es fundamental, ya que las águilas tienen un instinto natural de cazadores solitarios. Sin embargo, con paciencia y dedicación, los berkutchis logran enseñarles a cooperar en la caza.
Cada águila se adapta a su propio ritmo, pero generalmente se les enseña a cazar a través del vuelo y el seguimiento de la presa. Una vez que la presa es localizada, el águila desciende a gran velocidad para atrapar a su víctima, lo que proporciona una vista impresionante que es difícil de captar sin la experiencia adecuada.
El Estilo de Vida Nómada de los Pastores Kirguises
La vida de los pastores kirguises está profundamente enraizada en la tradición nómada. Los kirguises han sido nómadas desde tiempos inmemoriales, moviéndose con sus rebaños de caballos, ovejas y camellos en busca de pastos frescos a lo largo del año. Esta forma de vida exige una estrecha relación con la naturaleza, el paisaje y los animales, y nada lo ejemplifica mejor que la práctica de la caza con águilas.
Los pastores kirguises, o julduzhs, viven en yurtas, las tradicionales viviendas circulares de tela y madera que permiten un fácil traslado y en las que tendremos la oportunidad de alojarnos durante nuestra convivencia con este pueblo. En el interior, todo está diseñado para facilitar la vida en movimiento. La yurta no solo es un hogar, sino también un símbolo de la cultura nómada, un refugio que proporciona calor y comodidad en medio de las duras condiciones del invierno kirguís. Durante los meses más cálidos, los pastores se trasladan a las altas tierras de pastoreo, en lo que se conoce como jailoos, que son enormes praderas alpinas donde los animales pueden pastar libremente.
La vida diaria de un pastor kirguís está marcada por la recolección de leche, la elaboración de queso, el cuidado de los caballos y la gestión de los rebaños. A menudo, los pastores se trasladan en grupos familiares, y la unidad familiar es esencial para la supervivencia en estas condiciones extremas. Los niños aprenden a montar caballos desde muy temprana edad, y muchas veces acompañan a sus padres en las cacerías o en el cuidado del ganado. La tradición de la caza con águilas es vista no solo como una actividad de subsistencia, sino también como una forma de honor y orgullo dentro de la comunidad.
Fotografiando a los Cazadores con Águilas
Para los fotógrafos, Kirguistán ofrece un sinfín de oportunidades para capturar imágenes que son casi imposibles de encontrar en otros lugares del mundo. El desafío, por supuesto, es obtener la toma perfecta de una caza con águila en acción. Las siluetas de los cazadores sobre sus caballos y las escenas de la vida cotidiana en las aldeas nómadas ofrecen unas escenas inolvidables.
La vida cotidiana de los pastores, en sus tradiciones, vestimenta y modos de vida, ofrece momentos muy auténticos. Los nómadas kirguises son amables y hospitalarios, y muchos de ellos están dispuestos a compartir su forma de vida con nosotros, lo que puede dar la oportunidad de trabajar el retrato en profundidad. No obstante, es fundamental ser respetuoso con sus costumbres y tradiciones, y pedir siempre permiso antes de tomar fotografías, especialmente en situaciones más privadas o familiares. Para los amantes de la fotografía de viajes, este rincón remoto de Asia Central ofrece historias visuales que son tanto hermosas como conmovedoras, un verdadero testamento a la resiliencia de una cultura nómada que ha perdurado a través de los siglos.
En nuestro Viaje Fotográfico a La Ruta de la Seda recorrerás tres países espectaculares: Uzbekistán, Turkmenistán y Kirguistán. Es un viaje espectacular si te apetece sumergirse en una de las culturas más antiguas y auténticas del mundo.
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